¿Por qué no es recomendable comprar elevadores usados?

10 de septiembre de 2025 por
¿Por qué no es recomendable comprar elevadores usados?
Sabrina Yaely Baca Fragoso

Comprar un elevador de ocasión puede parecer una buena forma de ahorrar, pero conlleva riesgos significativos para la seguridad y la economía del edificio. En general, un ascensor tiene una vida útil limitada (unos 20–25 años), tras la cual las averías se vuelven frecuentes y costosas. A continuación, detallamos las principales razones para evitar equipos de elevación de segunda mano (residenciales, comerciales, industriales o montacargas), dirigidas a propietarios, arquitectos y administradores:​

Seguridad e integridad del equipo


La prioridad absoluta en cualquier instalación de elevación es la seguridad de los usuarios. Los ascensores antiguos a menudo carecen de las tecnologías de protección más recientes, como sensores de puerta completos, frenos de emergencia actualizados y limitadores de velocidad modernos, por lo que no cumplen las normas vigentes. De hecho, los expertos señalan que hasta el 93 % de los accidentes en ascensores se producen en instalaciones que no cuentan con las mejoras mínimas de seguridad exigidas en la actualidad. Un ascensor antiguo que no se ha adaptado queda, por tanto, expuesto a graves fallos.

Además, los equipos antiguos que no han recibido actualizaciones pueden sufrir sobrecargas, frenazos repentinos o fallos eléctricos inesperados que ponen en peligro a pasajeros y cargamentos. En resumen, la falta de mantenimiento y modernización del equipo usado compromete la protección de las personas (por ejemplo, puertas que se cierran sin detenerse ante obstáculos), por lo que resulta mucho más peligroso que un modelo moderno.


Cumplimiento normativo y responsabilidad legal


Adquirir un elevador de segunda mano implica verificar que cumpla con la normativa vigente, lo cual puede resultar complejo en el caso de modelos antiguos. Los propietarios son responsables de mantener al día las inspecciones: según la nueva reglamentación, si un ascensor no supera la revisión periódica, el equipo debe detenerse inmediatamente hasta que se realice la revisión. Comprar un ascensor de segunda mano sin la garantía de cumplimiento equivale a asumir la obligación de invertir fuertes sumas para ponerlo al día o, en caso contrario, enfrentarse a sanciones y a la paralización del servicio. En resumen, es poco probable que un ascensor de segunda mano esté «listo para funcionar» sin adaptación, lo que puede dar lugar a costes y trámites legales inesperados.

Obsolescencia tecnológica y eficiencia energética


La tecnología de los ascensores evoluciona constantemente en términos de eficiencia y confort, por lo que un equipo de segunda mano puede volverse obsoleto en poco tiempo. Los modelos antiguos suelen ser más lentos, ruidosos y menos precisos que los actuales. En las instalaciones modernas se incorporan controles digitales, arrancadores suaves y motores de última generación que reducen el consumo energético. Al reemplazar los componentes antiguos por otros nuevos, se consigue un ahorro real en la factura eléctrica —hasta un 35 % menos de energía, según los estudios— y se mejora la velocidad y la precisión con la que la cabina se detiene. Además, los ascensores obsoletos carecen de funciones actuales como, por ejemplo, la conectividad para diagnósticos remotos o sistemas de detección avanzados. Esta brecha tecnológica no solo implica un mayor gasto operativo, sino que obliga a sustituir o modernizar gran parte del equipo para equipararlo al de un ascensor moderno. Dichos trabajos de actualización suelen ser complejos y costosos, anulando la supuesta ventaja de precio inicial.


Mantenimiento y disponibilidad de repuestos

El interior mecánico de un ascensor moderno es un buen ejemplo de la complejidad de sus componentes. Sin embargo, esta modernidad contrasta con la realidad de los ascensores antiguos, ya que sus repuestos pueden estar obsoletos o descatalogados. Según un informe, cuando se descontinúan piezas críticas, los propietarios se enfrentan a costes de mantenimiento crecientes y a periodos de inactividad prolongados, ya que conseguir repuestos resulta «costoso y prolongado». El resultado es un tiempo de inactividad prolongado que resulta incómodo tanto para los usuarios como para la operatividad del edificio.

La escasez de repuestos originales se debe a que los ascensores de segunda mano suelen ser modelos antiguos cuya producción se ha detenido. En esos casos, obtener piezas genuinas resulta prácticamente imposible, por lo que las reparaciones se alargan y aumentan los tiempos de inactividad.

  • Escasez de repuestos originales: los elevadores de ocasión suelen ser modelos antiguos cuya producción se ha detenido. En esos casos, la obtención de piezas genuinas resulta prácticamente imposible, por lo que las reparaciones se alargan y los tiempos de inactividad aumentan.
  • Uso de componentes no certificados: ante la falta de piezas oficiales, es habitual utilizar repuestos genéricos o adaptados. Esto no solo encarece la reparación (ya que se requieren diseños especiales o reacondicionamiento), sino que también aumenta la frecuencia de fallos y puede comprometer la seguridad.
  • High costs and delays: Finding or manufacturing spare parts for obsolete elevators increases the price and lengthens repair times. According to experts, obtaining the right spare part can be “difficult, slow, and costly,” which increases operating expenses and prolongs equipment downtime.

Garantía y responsabilidad


A diferencia de los equipos nuevos, los ascensores de segunda mano no suelen incluir garantía del fabricante. La mayoría de las plataformas elevadoras usadas «ya no están cubiertas por la garantía». Esto significa que cualquier defecto oculto o fallo estructural que se descubra después de la compra deberá ser asumido por el propietario. Tampoco hay un seguro del vendedor o del fabricante que proteja ante vicios ocultos, por lo que existe un importante riesgo económico. En consecuencia, el comprador asume todos los riesgos: si el elevador falla, deberá pagar todos los gastos de reparación y las posibles indemnizaciones por accidentes, sin poder reclamar a terceros.


Coste total de propiedad


Aunque el precio de compra de un elevador de ocasión puede ser menor, el coste total de propiedad será mucho más alto. Además del precio inicial, hay que tener en cuenta varios costes ocultos:


  • Transporte e instalación: el traslado de un equipo voluminoso y pesado desde otro lugar puede requerir grúas especiales y mano de obra adicional.
  • Reparaciones inmediatas: a menudo, el elevador de ocasión necesita reparaciones o piezas de recambio antes de entrar en servicio.
  • Actualizaciones normativas: adaptar el equipo a la nueva ITC (sensores, carga, controles) implica una inversión extra.
  • Consumo energético elevado: un ascensor antiguo tiende a gastar más electricidad durante su funcionamiento diario, lo que encarece su uso.
  • Mantenimiento recurrente: habrá que destinar un presupuesto mayor y más frecuente para mantenerlo en funcionamiento.


Estos factores hacen que el ahorro inicial se diluya rápidamente. De hecho, es posible que, al sumar todos los gastos (modernización, reparaciones y consumo), la inversión total sea igual o superior a la necesaria para instalar un ascensor nuevo o modernizar uno existente de manera profesional